Por Felipe Sandoval
Hoy vivimos un momento difícil, pero un emprendedor ve oportunidades justo ahí donde otros sólo ven problemas. Es en las adversidades donde tenemos que volvernos creativos y actuar con cabeza y corazón.
En cada negocio que he puesto en marcha he tenido que arriesgar mis ahorros, a veces los que ni siquiera eran míos o hasta vender mi automóvil. Pero te juro que avanzas si persistes con disciplina.
No hay duda que México requiere emprendedores, muchos emprendedores. Necesitamos crear 10 millones de empleos perdidos y generar muchísimos más para las generaciones que año con año buscan oportunidades de desarrollo. Vivimos una época en que muchos hablan, opinan, pero pocos actúan. Emprender es tomar el destino en tus manos.
En México, en Puebla, en San Andrés, Cholula tenemos prisa por salir adelante, y seguramente sucede lo mismo en el lugar donde vives. La mejor política social es crear empleos.
Mucha gente joven cree que ser emprendedor es una carrera segura. Otros de mayor edad, más correteados, subestiman los riesgos que supone financiar empresas que recién inician. Así que hoy quiero hablarte de las características de los emprendedores, de los audaces. El éxito es hijo de la audacia y la prosperidad persigue a la excelencia.
¿Pero qué es lo que define a un emprendedor? ¿Qué conjunto de características los distingue y les permite iniciar un nuevo negocio, y sobre todo, mantenerlo en pie aún en los peores momentos, como estos, pero por largo plazo?
Iniciar una nueva empresa no se parece en nada a administrar un negocio establecido.
De acuerdo con un estudio publicado en el Harvard Business Review y en el cual se evaluaron a cinco mil empresarios, estas son algunas preguntas clave que los jóvenes, y no tan jóvenes emprendedores, deberían evaluar. Así que si quieres saber qué tan cercano estás para ser un emprendedor, abre las notas de tu teléfono o ten a la mano una hoja y ve marcando cuántas cumples.
1. ¿Te sientes cómodo llevando las reglas al límite?
A diferencia del resto delos hombres de negocios, los emprendedores no sólo están dispuestos a forzar las reglas de vez en cuando, también disfrutan hacerlo. La mayor parte de ellos, de acuerdo con el estudio, reconocen que alguna vez usaron tácticas –digamos poco ortodoxas- para lograr a su favor un acuerdo crucial, o para conseguir los recursos necesarios para llevar su idea a la práctica.
Dado que las empresas que inician cuentan con escaso presupuesto, muy poquito, los emprendedores deben asumir grandes riesgos financieros. Muchos han mantenido a flote sus negocios haciendo malabares con sus tarjetas de crédito. Sin embargo, todos los nuevos empresarios deben recordar algo vital: una cosa es forzar las reglas al límite y otra muy distinta es violarlas. Así que si te sientes cómodo llevando las reglas al límite, marca tu primera palomita; hasta ahora tienes madera de emprendedor
2. ¿Estás preparado para ganarte enemigos “de a gratis”?
Los emprendedores más astutos prefieren ir en busca de los nichos de mercado que las grandes compañías pasaron por alto. Pero no temen ganarse enemigos poderosos, ni les preocupa demasiado el tamaño ni la cantidad de sus rivales; sin embargo, cuando estos llegan a verse amenazados pueden intentar “aplastar” a los nuevos empresarios a través de sus relaciones, o simplemente invirtiendo recursos para controlar su mercado a pesar de perder dinero en ese negocio.
Hay gente que ni conoces que querrá desplazarte, que quiebres, que te salgas, que claudiques. Si eres de los que te frustras cuando hablan de ti a tus espaldas, de los que un chisme en la escuela no te dejaba dormir, este tema no es para ti. Pero si tu reacción habitual va en el sentido de “me tiene sin cuidado, sé a dónde voy y lo voy a alcanzar aunque no les guste”, ponle palomita a tu segundo requisito como emprendedor.
3. ¿Tienes la suficiente paciencia para empezar poco a poco y no tratar de comerte el pastel a puños?
Los emprendedores sagaces, de acuerdo con el artículo del Harvard Business, saben que en el comienzo, no se debe desechar ninguna oportunidad por pequeña que sea, pero que como decía Clavillazo: “La cosa es calmada”. Realizar una prueba en pequeña escala permite cometer errores cuando aún se está a tiempo de corregirlos y cuando el impacto en el mercado es menor. El crecimiento, cuando llegue será mucho más sostenible porque el negocio estará más maduro y mejor engrasado.
Aunque muchos aspectos de la actividad emprendedora favorecen a los jóvenes empresarios en cuanto al empuje, la tenacidad, la osadía casi temeraria, otras como la paciencia,es una virtud más común de la gente madura que emprende.
La impaciencia y el idealismo de los empresarios jóvenes suelen impulsarlos a tratar de conseguir todo más rápido y más grande. Esta forma de ver las cosas no funciona para la mayor parte de las empresas que se inician. Entre las nuevas empresas que fracasan, muchas consumen su capital tratando de crecer demasiado pronto o cometiendo errores que acaban por consumirlos. Si estás dispuesto a ir poco a poco, tienes tu tercera palomita.
4. ¿Estás dispuesto a cambiar tus estrategias de negocio cuantas veces sea necesario?
Muchos emprendedores novatos ponen a la estrategia con la que empezaron en un pedestal. Una vez que se trazaron un plan, tratan de no apartarse de él. Creen que de ese modo envían señales positivas a clientes, inversionistas y empleados, y que cambiar de plan los haría menos confiables. A veces parecen más interesados en seguir su estrategia, que en mantener vivo al negocio. Si partimos del hecho de que hoy en día la velocidad de cambio no tiene precedentes, mantener las estrategias estáticas no concuerda con el mundo de nuestros días. Vaya, miremos alrededor, miles de empresas han cerrado, muchas porque no estuvieron listas para cambiar tan rápido. Les llegó un meteorito y se murieron los dinosaurios.
Los emprendedores inteligentes, y los inversionistas de gran “colmillo” saben que una nueva empresa gana más credibilidad por sobrevivir, que por seguir fielmente la estrategia original. Si estás dispuesto a cambiar tu estrategia, marca tu cuarta palomita, vas por buen camino.
Tener habilidad negociadora significa sentirse cómodo tomando decisiones de vida o muerte para su empresa, a veces en plena oscuridad.
¿Qué les ha pasado en este aspecto a muchos ejecutivos que salen de sus posiciones de poder y quieren empezar una nueva empresa con su liquidación? Y lo comparto para aquellos que han perdido su empleo, que están pensando en emprender pero que siempre han trabajado en una gran empresa. Ojo porque a muchos les cuesta trabajo percibir la enorme diferencia que existe entre tomar decisiones en una empresa establecida, y hacerlo en una recién creada. Les resulta en muchas ocasiones difícil adaptarse al mundo emprendedor, donde las decisiones son de otra naturaleza y mucho más trascendentes. Un pequeño error puede matar al negocio. En una nueva empresa cuando los antes ejecutivos no pueden confiar en sus instintos, se paralizan. Si tienes habilidad negociadora, has cumplido tu quinto y último requisito.
Si quieres iniciar una nueva empresa lo peor que puedes hacer es aventarte como “el Borras” en tu primer proyecto y apostarle todos tus recursos, todas tus “canicas”. Busca antes trabajar en una empresa de rápido crecimiento, que pertenezca en lo posible a la misma industria que te interesa porque además de adquirir experiencia y contactos, tal vez encontrarás allí un “jefe” que te ayude a identificar las características que más necesites desarrollar. A muchos empresarios exitosos les gusta actuar como “mentores” de jóvenes empresarios.
La vida del emprendedor no es para todos, es quizá una vocación que hay que cultivar y para la que hay que prepararse. Aun los que tienen condiciones para ello, descubren que el camino es mucho más duro y largo que lo previsto; yo llevo 27 años empujando y me sigo dando de topes algunas veces, más de las que quisiera. Pero si comienzas con una clara percepción de tus propias capacidades y carencias, tendrás muchas más posibilidades de éxito.
México necesita nuevos emprendedores. Emprendedores jóvenes que tengan una visión de largo plazo; emprendedores honestos que busquen creativamente alternativas de negocio. Emprendedores que se arriesguen a construir, poco a poco, pero por mucho tiempo.