Felipe ha caminado por este mundo desde hace 50 años. Estudió con los jesuitas en el Instituto Oriente y a los 18 años salió de Puebla para estudiar ingeniería química en el Tec de Monterrey.
Inició su trabajo ayudando a empresas a crecer y a generar empleos. ¿Para dónde ir, cómo generar riqueza, bienestar y lograr resultados?, son las preguntas que ha contestado para empresas y gran cantidad de gobiernos.
La suerte lo regresó a Puebla y con Jenny, su esposa, eligió a San Andrés Cholula para vivir desde hace 26 años. Vivía a dos cuadras de la parroquia. “Cuando nos casamos, comíamos en el piso, las ventanas tenían periódico, usábamos cajas de cartón como buró al lado de la cama. Los fines de semana eran de fiesta, las vacas se comían las flores, los cuetes tronaban todas las noches y las campanas no dejaban de sonar con las celebraciones.”
Felipe ha conocido grandes maestros a lo largo de su vida, como Amy Camacho de Africam Safari. Ha dado clases en la UPAEP sin cobrar, y en la BUAP desarrolló el primer diplomado en Administración de consultorios dentales. Es socio de Coparmex, fue consejero de Canacintra, de Cruz Roja Mexicana y de la asociación civil Comamos y Crezcamos con Alegría.
Nunca terminamos de aprender, y por eso Felipe continuó sus estudios en el Tec, la Ibero, en la UDLAP, el Instituto Nacional de Salud Pública, en la Universidad de Harvard y en la George Washington University. “En algunos no pude terminar, sobre todo al inicio, o pagaba la colegiatura o le pagaba a mi equipo, decidí que era más importante mi gente.”
Emprendedor desde niño: “compraba dulces y los vendía, me comía las ganancias por supuesto”. Impulsó una empresa de reciclaje, tuvo una revista, un portal de internet, desarrolló la marca Sabor a Puebla y ha invertido en negocios para niños, de salud y desarrollo de software.
Enfocado en dar resultados, entre sus logros profesionales más significativos se encuentra: afiliar 1 millón de personas al seguro popular en 6 meses, la certificación de la casa hogar del DIF Nacional para niñas del albergue, la creación del modelo de equidad de género de Zacatecas, la sustitución del Hospital para el Niño Poblano y el rescate del Hospital Infantil en Veracruz. “Todo gracias a equipos super talentosos y comprometidos en hacer que las cosas sucedan, tener resultados, ayudar a los que más lo necesitan”.
Quizá por esta historia de vida se describe a sí mismo, como sanandreseño, emprendedor social, constructor de sueños, cantante frustrado, deportista ocasional e inversionista arriesgado.