Hoy las preguntas constantes y el sentido reclamo tienen que ver con: 1. Las dichosas vacunas para atender al Covid 19 y su disponibilidad. 2. La necedad del presidente para entender que como figura, es un ejemplo con respecto al uso de cubrebocas, sus “detentes” y sus “cuentos chinos”. Y 3. La estimación alrededor de las cifras reales de fallecidos, donde oscila ya entre 300 y 500 mil.
Mientras en el vecino del norte aplican 2 millones de vacunas por día, aquí no tenemos certeza real de cuándo arribarán y mucho menos cuándo serán aplicadas. El reto es enorme para el gobierno del presidente. El resto del sexenio depende de ello.
Aunque no lo creas, el éxito en la vacunación, o el fracaso en su aplicación, definirá el resultado de la elección en el mes de junio (vacunas = votos), y la velocidad en que podrá resurgir la pobre economía del país. Si de por sí ya veníamos en descenso con el famoso 0.1 de crecimiento en 2019, las cifras en 2020 se fueron en picada.
En particular en Puebla, el sector empresarial se ha quedado corto, cortísimo, para defender y proponer una estrategia clara que ayude a la frágil economía local. Es cierto que hay sectores y nichos que han sido beneficiados: automotriz, alimentos, salud por supuesto y la venta de productos y servicios por internet. Pero Puebla ha sido uno de los estados con mayor contracción económica.
A mi no me cuentan, al menos en San Andrés Cholula, en las zonas populares y con menor ingreso, entre el 50% y el 70% de las personas han perdido su empleo, les han reducido el salario o tienen que completar “como se pueda” para sacar la semana.
Recuperar el ingreso rápido, requiere vigorizar el gasto público e incentivar a los empresarios a reactivar sus negocios. No sólo a los grandes capitales. Al señor de la tiendita, al empresario textil, a la señora que vende productos por catálogo, el hotelero, a la chica de los eventos sociales. El sector que vivía hasta hace un año en el límite, entre la pobreza y la clase media, hoy más bien está en pobreza no declarada y mucho menos aceptada. El problema es ¿de dónde sacar para el gasto público y a quién le importan los empresarios?
El reto es enorme, cada día que pasa se les va de las manos. Antes de finalizar marzo la cepa británica habrá arribado en serio al país. Sin vacunas, con un pésimo ejemplo del presidente, con millones de personas subsistiendo, y millones más cayendo en pobreza, prepárense para un panorama nada halagüeño. Prepárese para celebrar el primer año de la pandemia, aún no tocamos fondo.
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